La latinidad



la muchacha
Entra con su vestido rojo, sandalias naranjas, baila, sonríe, se sienta y conversa; baila dos pistas más... ríe sin pena, y en el pueblo todos saben quién es, y probablemente sepan hasta a donde irá.
Ella muy normal, una mujer más, que se mueve al ritmo de la percusión sin entender aún porque lo hace tan natural. Escucha una canción y todo cambia.
Ni las chucherías del techo de miles colores le bastan para distraerse de lo profundo que siente.
Percibe lo que le pasa cuando está prendida a la radio mientras barre la vereda del barrio, y llega el momento de ver la telenovela.



En las calles de cualquier barrio por referencia (costero, cálido, tropical, templado... etc) caminando se podrá fijar que la gente curiosea por el andante nuevo; entre las miles de características que son particulares en los perfiles de pueblos sin sentido como estos, hay algo particular, que capta la atención del extraño, y es la naturalidad con la que los sentimientos se están a "flor de piel", el sentido más comprobable, es en su música, la cursilería no tienta en nada, y se manifiesta el sentido de pasión por esta, y la genuinidad del mismo.
Debido a que está pasión me apasiona, decidí experimentar con una "bachata" ritmo popularmente conocido en la región sudamericana, la cual destaco el cantautor Juan Luis Guerra, por estar entre las zonas metropolitanas con una reputación un tanto mas de perjuicio. Así, utilicé dos instrumentos en mi escrito,
una mujer, y una canción (bachata-mezclada con salsa romántica), lo particular de mi caso, fue que la mujer estaba en una zona totalmente diferente a su "habitad natural", y la fui a visitar, con mi regalo: la canción.
Mientras que todo marchaba, según lo supuesto, recalco que la conexión fue inmediata, y entre todos, la mujer tarareaba, cantaba el coro, se movía, en otras palabras se transporto a la música, entre los demás acompañantes, propios de una cultura más reservada, se noto con mayor exactitud los detalles del hecho.
Las cultura que nos envuelve generalmente nace de la simiente más popular, por lo que tarde o temprano ambas referencias terminan mezclandose, pero entre todo, destaco el hecho que aún persiste esa conexión entre los artistas latinos y la gente que los escucha, aunque miles de críticos intelectuales, o llamados bohemios, perjudican la naturaleza misma de lo típico de las zonas, por razones que no convienen ni hablar del caso, ya que aún no admito contradicciones.

Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar... caminante no hay camino, se hace el camino al andar

Esa mujer.- Tendrías que verla; ella la miraba y aún podía si quiera pensar en lo inimaginable que era su dolor, no le envidió su existencia, pero sintió admiración.

Mujer, la gente te lástima y nadie te mira, la gente te absorbe y tu les dejas. Ella pensaba.. hay que tener sumo amor.


La mujer le dijo que como un hilo aún se mantenía, y ella le miraba en los ojos las tristezas de la vida, y no le envidió su existencia, pero sintió admiración.


La mujer continúo con su vida, y ella se quedó pensando... cuantas tristezas hacen falta para ser felices en esta vida.

Si se muere la noche
en la obscuridad de tu tristeza
te diré cómo es un cuento sin alas
y la princesa callada
que de amor se quedó presa.

Juan José Marin

Cese, señora, el duelo en vuestro canto,
¿Qué fuera nuestra vida sin enojos?
¡Vivir es padecer! ¡sufrir es santo!
¿Cómo fueran tan bellos vuestros ojos
Si alguna vez no los mojara el llanto?
Romped las cuerdas del amargo duelo.
Quien sufre como vos sufrís, señora:
Es más que una mujer, algo del cielo,
Que de él huyó y entre nosotros mora.
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José Martí

Sin Dolor no te haces feliz

Ella no admite contradicciones.- se encerró
en un domingo y nunca salió de la semana, mantiene la postura erguida y las contradicciones enderezan, hay signos que no sabe si son señales o molestias, pero no les presta más atención, ya está. La canción sonó aleatoriamente y la firmeza flaqueaba en el entendimiento, pero eso tampoco importaba; murió en sí misma, y recordó el inicio de la canción. Cobró conciencia, o eso cree y recurrió a la fuerza motriz de la existencia, pensó: "Ciertamente sé, en virtud de mi amor por ti..."

Los pausa-mientos


Y ella dudó, se cuestionó, paró y continuó;le dio la gana de adornar las cosas, hacer la pausa y descargar, se hizo preguntas existenciales, encontró una hermosa imagen, escuchó buena música, y las ganas la atrajeron a escribir sin sentido. Una paz interior alberga una razón, que aunque no la entiende... la siente, los seres humanos estamos llenos de sentidos, sentimos cosas, y las cosas las hacemos por ese sentido, sentimientos... cualesquiera que fueren, hoy no son sus mejores letras, pero le satisfacen.


Se prometió atesorar su sentido, y afanarse de la rutina una feminidad, las cosas sencillas pueden ser grandes cosas.


Se olvidó de los grandes acontecimientos con los que hoy se despertó, y no ceno por la ausencia de nadie.