Mar sigue cantando cuando ella pierda la memoria


Ella me miraba con sus ojos cristales reflexionando mi pregunta, había un silencio exquisito en el lugar, perdí de vista sus ojos cuando diluyó su mirada entre el espacio que nos separaba. Las arrugas alrededor de su cara le curtían la vejez .“Y naciste cerca de la playa”, dijo como cuestionando mi suerte.
Afirmé a la pregunta y agaché la cabeza preocupada de lo que había confesado, sintiéndome un poco mal. “¿Qué tan cerca del mar?”, sabía que mi “muy cerca” a unas pocas cuadras, que tenía en mente podría ser una confesión certera, pero no disernía aún, quería hacerle conversa a la mujer anciana. “Siempre quise conocer el mar, fue mi sueño desde niña, y moriré con mi sueño”, ...y lo dijo.

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