La tierra colora' le habla


Ña Justina* conocida como "ña Justi" era una farmacéutica muy conocida que vivía al frente del hospital del Carmen del Paraná. Tenía algunos animales que le permitían gozar de una vida llena de placeres y vanidades. Cada semana Ña Justi estrenaba una peluca nueva por ejemplo, los lujos no eran poco para ella. Así, un muchacho buen mozo, muchísimo más joven apareció en su vida. Muy pronto el muchacho empezó a lucir joyas en sus brazos y manos y le pidió a Ña Justi que le hiciera un préstamo para que él pudiese comprar un camión y así irse a trabajar a los campos de trigo y soja en Ciudad del Este. Ña Justi muy confiada cedió.
En su soledad la mujer adoptó un hijo con el muchacho que se iba a sus largos viajes, y aparecía cada tres meses según la cosecha, con algo de dinero que no malgastaba en pagar su deuda sino en farras en distintas ciudades, sobretodo en Coronel Bogado y Encarnación.
En su lamento la mujer no pudo más y una tarde le pidió a su hijo que le llevara una carta a su padre que estaba tomando y jugando cartas en una cantina. Al volver el hijo encontró a su madre colgada en una soga pataleando.
Inmediatamente el chico corrió al hospital que se encontraba al frente de la farmacia en busca de ayuda, pero las personas se negaban en bajar a la mujer por medio a verse involucrados con su muerte al menos hasta que llegara una autoridad superior.
El joven esposo de ña Justi con los años tuvo muchas mujeres, se volvió a casar con una escribana pero su lamento es muy fuerte. Vive atormentado sin rumbo porque ve que su mujer lo persigue reclamándole lo que nunca le dio.

*El ña, en guaraní/jopará es para referirse a las mujeres mayores o señoras

(de una recopilación de rescate de lo que dice el barrio)

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