Sombras de algunos sueños


Ella miraba la hora fortuitamente, disimulaba su presencia agitando su largo cabello negro con distracción mientras se movía con prudencia.
Vestía de una manera exhuberante, e iba acompañada de un pequeño muchacho.
Me preguntó con un acento extraño si esperaba que abriera la casa de cambios, un poco distante negué a su pregunta, y me contesto de vuelta con otra pregunta, a la que no preste mucha atención, finalmente me pregunto de donde era, una pregunta un poco tediosa para mi, pero le respondí con la lógica de la prevención.
Se quedó cerca, en cuanto se dio cuenta de mi falta de fe con extraños; sabía que la estaba alejando a propósito, así que supe que debía hacerle conversa.
Me sentí un poco mal, entendía para ese entonces que vivir en mi propio mundo era una lección que ya había pasado.
Le pregunté de donde era, y un poco recelosa me dijo que era de San Juan de Misiones del Paraguay, y me miró con atención. Después insistí en mi pregunta, y me confesó que vivía hacia mucho en Brasil junto a su esposo brasilero en la costa, y lo entendí todo.
Debo confesar que el cierto brillo en los ojos del curioso me hace emocionar.
Ella quería contarme su historia, así que preparé todos mis sentidos.
Era de San juan de Misiones, había nacido y crecido en el interior de la provincia en el campo, "soy campesina" decía con orgullo, "hablo el guaraní, porque es mi lengua materna, y no sé mucho español", se había casado con el hombre que la había enamorado hacía cuatro años y había aprendido portugués y por obligación por la familia de su esposo el italiano , el muchacho que la acompañaba era su hermano, me contaba como había vivido en el norte de Brasil casi en la frontera con la Guyana, se había recorrido la vida, y ahora estaba entre compras y compras, extraña a su tierra colorada con el alma, "es mi lengua, es mi comida, es mi cultura, es mi todo, cuando llego siento que mi alma se llena de alegría y que debo estar aquí, pero con el paso del tiempo no consigo trabajo y veo tanta injusticia y desesperación que no puedo seguir, y te das cuenta de que debes o ser deshonesto o buscar otras formas de vivir, así que soy joven y por más que extrañe a mi tierra...". Le pregunté que pensaba su esposo, y dijo que él también quería siempre volver a su tierra.
Mi admiración por los cuatro idiomas que manejaba le alegró, pero cuando le conté sobre mi carrera de sus ojos salió un brillo que me tomó todo el día intentando pensar palabras para describirlo, y simplemente no puedo.
Ella quería ser reportera, y su el resto del tiempo me contó sobre su sueño. Realmente quisiera poder explicar lo maravilloso que fue escucharla hablar, pero creo que las mejores cosas que pasan en esta vida son un poco difíciles de explicar.

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